El otro día en clase, hablando de la transformación de las bibliotecas y de su espacio, tema recurrente ya en esta asignatura, y hablando también del papel de los nuevos usuarios, introdujimos un par de cuestiones en el tema de la organización y funcionamiento interno de las bibliotecas, y como todo esto cambia hoy día drásticamente.
El bibliotecario ahora se centra en atender al usuario, una atención centrada a ayudarlo a acceder a multitud de recursos. Gracias a la automatización de procesos como la catalogación, el bibliotecario puede dedicarse ahora a tareas más importantes como son la de ver qué puede necesitar verdaderamente el usuario, responder a sus demandas. Y es esto lo que demuestra que el papel del bibliotecario y de la biblioteca está cambiando, y adaptándose a la nueva sociedad de la información.
Sin embargo hay que preguntarse ¿verdaderamente el usuario necesita ese cambio? ¿Existe un cambio paralelo y singular del perfil de usuario de biblioteca? Varios aspectos nos pueden llevar a entender mejor este proceso. En primer lugar no hay duda de que la sociedad de la información está cambiando, cambia la manera de acceder a ella, cambian las tecnologías, y en parte el usuario se está adaptando a ellas, casi irremediablemente. Pero ese cambio progresivo en algunos casos no se produce. Se llama el cambio generacional que personas como yo lo asumimos sin problema. Pero para otra generación el cambio es tremendamente grande y en ese sentido el bibliotecario hace un gran papel ofreciendo a este tipo de usuarios con programas de acercamiento a las nuevas tecnologías.
Pero por otro lado, el usuario no cambia totalmente, pues sigue demandando los mismos servicios que antes. Y el bibliotecario no puede centrarse sólo en las nuevas tecnologías, a veces se olvida que el usuario tradicional sigue existiento con tanta automatización de servicios. Creo que al menos en nuestra sociedad, las nuevas tecnologías sólo las queremos de herramientas, no aceptamos que sean éstas las que nos dicten lo que hacer, nos gusta hacer lo que queremos. Y siempre es más asequible tratar con una persona que con un ordenador, para expresar lo que andamos buscando.
Sin embargo, en favor del bibliotecario hay que decir que al menos por su parte están llevando a cabo un gran progreso y un gran programa de cambios. Están renovando completamente el mundo de la biblioteca, mientras que el usuario realmente no está adaptándose. Nos quejamos en exceso, y pedimos mucho, pero no llevamos a cabo acciones de cambio, no tomamos iniciativa de ningún tipo. No podemos exigir a la figura del bibliotecario todo aquello que nosotros usuarios no somos capaces de llevar a cabo.
El debate está en que algún día los cambios que se generan tan progresivamente se lleven a cabo no sólo por parte de lo que ofrece el blibliotecario, sino también lo que aporta el usuario.
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